27.6.14


El consejo es: mirar a los demonios a los ojos ecuánime, sosegado, como el que sabe que va a morir pero nada en la conciencia le remuerde.
Lo vuelves a ver a centímetros de ti, tan tranquilo; sonríe como diciendo bienvenido de vuelta, viejo amigo.

El terror es el mismo. El paisaje es distinto.

Sin sosiego, sin fuerza, apenas alcancé a disiparlo. Sabes que volverá y es como si alguien rompiera a golpe de maza una puerta que sabías impenetrable.

No hay comentarios.: