16.10.11

Digamos que soy una piedra,
que esa piedra guarda silencio y musgo entre sus grietas
que ese musgo anhela el beso de la lluvia
que esa lluvia llega y se muestra pródiga, benevolente
que esa benevolencia agrieta a la piedra
que esa piedra vuelve a guardar silencio
a multiplicar el musgo
y éste al anhelo

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