en el principio de oaxaca, las calles eran un rio de extranjeros
esnobs que trataban de beber mezcal y comer tlayudas para alcanzar el nirvana
los plantones siempre estuvieron ahí,
como parte del plan maestro que tenía dios para sus hijos en ese paraíso.
luego vinieron los maestros
y tras ellos como en una calenda llegaron los toletes y los gases lacrimógenos
a aflojarlos
entonces el diablo con ayuda del pueblo creó la APPO
les enseñó el oficio de las barricadas
y cursos básicos para forjar consignas panfletarias
aprendieron a tomar las calles y las radiodifusoras que les habían quitado
con excusas de legalidad
después de un tiempo, un dios con aspiraciones
envió ángeles con hélices en vez de alas a vigilar la ciudad rebelde
los días siguieron pasando
mientras los extranjeros observaban oaxaca
como a los nacimientos de la noche de rábanos
inertes y rojos
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