9.10.06
no recuerdo
No recuerdo cuántas veces fui capaz de susurrarlo, de sacar a orear mis confesiones con la mirada de quien desvirga serpientes; mi mayor pecado es la fidelidad. Golpeame y regresaré siempre. No recuerdo cuántas veces quise mentirle y me cerré el cañón de la boca y amarrè los dedos en un nudo capaz de impedirme ir tras sus lunares. No recuerdo cuántas veces me repetí la oración de sus excusas y creí en ellas como quien cree en el cielo que no ha buscado en las agencias de viajes. No recuerdo la cuerda que era su cuerpo suspendido sobre la ciudad. No recuerdo haber viajado montado sobre sus muslos hambrientos ambos en busca de una madera para dormir.
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