uno
el sábado
sentado recordé el cráneo
tísico de mi padre
y empezó a llover
en mi pecho raspado
y en el parque
dos
el domingo repetí la dosis
de tequilas
y abracé a una mujer sin dientes
porque desperté
tambaléandome
el pensamiento
y los pasos
tres
el lunes
le arranqué los últimos huesos
a la cartera
(fue caer sobre paja incondicional
desde un rascacielos
sin nubes)
y a media noche
empecé a mordiscar
la autopista
cuatro
era una supernova con frío
en la sala
de operaciones
de un subterráneo
cuando amaneció
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