27.6.14


Traigo en el pecho un diluvio con el sol varado en su cenit. 
Esta ciudad no es el infierno, pero qué metáfora se equipara a su calor, sus cantinas de mala nota recién descubiertas, el insondable tráfico de las cuatro de la tarde. 
Cuántas metáforas para evitar el sitio común de la suburbial Tlapa y su desbocado Xale. Madonnas y milicia apostando con el narco. La madrugada en sus calles polvorientas. 
La invitación a volverse loco por esa amarga sed

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