tal vez la trama del desastre me sea ajena
como esta hoja que desdoro entre las manos
mías. Otra será la tarde, otra cicuta y otros vanos
fonemas vendràn a vindicarme. La pena
es la misma sin embargo. Los artilugios, vanos
vendrán a entorpecer el soliloquio. Serà mi vena
que reviente e ilumine tu escritorio: este poema
no es mi lengua, acaso la primera seña de lo insano...
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