2.10.09

las palabras

Uno dice cráter, lava ardiente,
la cresta del gallo que cantó en la madrugada,
el manantial y su agua y el bosque alrededor,
esa playa de mareas impredecibles,
una iglesia para santificar las fiestas,
pero dice siempre sexo de mujer.

Luego brotan otras palabras:
orar arrodillado, hacerse salvo en la penitencia,
pelear contra los corsarios rojos,
dejarse devorar por la boca del cordero.
Cualquiera sabe de qué se está hablando,
cualquiera sospecha que una mujer está mirándonos
con una sonrisa perversamente diáfana.

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