17.12.07

las pocas, inútiles palabras

Con las manos hundidas en el frío
mastico trozos de mí mismo.

Sobre los andamiajes
la luna menguante es la imposible dentadura de un hombre
ahorcado.

Y esto es rutinario,
como las vueltas en las manecillas de un reloj.

Quisieramos ser lúcidos y escribir
al menos una línea limpia
y libre de lo cotidiano.

Pero hemos dicho tan poco
que la historia se avergonzaría al nombrarnos.

2 comentarios:

Caiguar dijo...

¿ser libre de lo cotidiano? a i me gustaría tener una vida más cotidiana para poder encajar de vez en cuando, a veces encuentro gente poco cotidiana para no estar sola y entrar a la cotidianidad.
es cierto, soy coidiana, cotidianamente soy yo.

Julieta Gamboa dijo...

Perdimos desde hace mucho tiempo el origen. Todo se ha dicho. Las palabras tantas veces son solo una nada y tantas otras, el único espejo.