11.7.07

la sonrisa del otro

El otro me persigue por los pasillos de la casa
con sus ojos de ciego;
lo encuentro vigilándome en los sitios más inesperados,
en la regadera, mientras me rasuro,
a la solitaria hora de la comida,
o en el cesto de la ropa sucia, cuando iba a lavarla;
algunas veces, mientras leía, sentí su aliento rozándome el pelo,
mientras él espiaba mi lectura.

Preferiría no dormir: ha hallado el modo de inmiscuirse en mis sueños.
Su sonrisa de viejo nostálgico me atormenta, como una burla clavada a mis espaldas.

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