Un mundo colgando del patio
se formó por la madrugada.
En el atrio de la iglesia las hormigas devoraban un gallo
una parvada de niños detonaban misiles
con sus lenguas de árbol o refregaban percutidos
su puño en agua o fuego oloroso a sándalo a hueledenoche
los ancianos revolvían la caja de recuerdos
buscando una derrota para contar o un cielo imaginado.
Cerré los ojos por un instante
al abrirlos toda la magia huía por la resaca
como un pez ciego al interior de la montaña.
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