Digamos  que miro pasar los autos y en mi cabeza anidan pájaros de extrañas  latitudes piando llenando el aire de una sorda cacofonía de árboles que  caen sin su característico estruendo de rayo, allá, cruzando apenas el  límite de mi boca tumefacta de morder raíces
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario