de un correo que nunca te respondí,
Anniushka,
hubiese querido decirte ciertas cosas:
que extraño mirar tus apuntes con errores ortográficos
ver cómo excribes Hemingway sin g
y decirte
que eres la mejor hermana que he tenido
cuando no crees en Dios ni en Rius,
ni quieres buscarle las ordenadas patas al caos
o cuando te encabronas porque me he puesto a fisgonear en tus fallas ortográficas
decirte
que cuando me escribes
como escribiste ese día
es cuando menos quisiera salir a bailar con la huesuda
y me siento tan bien
que incluso el cuento de las hormigas
y todos esos pleitos inusuales, infantiles, entre tú y yo
me vienen bien
y que te creo
llorar nunca alcanza,
aunque esté uno refugiado en su patria
siempre hace falta un poco dejar que el alma fluya
sin retórica
ni cuentos chinos.
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